LOS SECRETOS DE LA CASA DEL LABERINTO CONSTRUIDA POR ANDRÉ BLOC EN CARBONERAS
En el proceso de documentación encuentro un artículo sobre la historia de la Casa del Laberinto, edificación icónica en Carboneras. Sus autores son Héctor García-Diego Villarías y María Villanueva Fernández y su título “La construcción como frontera de la forma: El Laberinto de André Bloc en Carboneras».
La Casa del Laberinto es, sin lugar a duda, uno de los iconos de la Carboneras telúrica de la década de los sesenta, aquella que sedujo a intelectuales extranjeros, especialmente a franceses.
Héctor García-Diego Villarías y María Villanueva Fernández han comparado el ambiente de la Carboneras de los años sesenta con el que existió en Ibiza y Cadaqués.
Tras Dominique Aubier llegaron muchos otros, como el venezolano Jesús Rafael Soto, los argentinos Julio Le Parc y Antonio Asís, el griego Vassilakis Takis –en compañía de su mujer la alemana Do König Vassilakis–, la francesa Denise René, –la galerista de todos ellos– y el alemán Hans Hartung junto a su mujer, la noruega Anna–Eva Bergman, también encontramos al arquitecto Cacoub, entre otras personalidades.
Fue tal la atracción de Carboneras para estos y otros intelectuales que se creó la «Sociedad de amigos de Carboneras», una sociedad con un gran componente intelectual, pero con una vocación mercantil, no exenta de polémicas. Encontramos una sentencia aparecida en el Boletín Oficial del Estado de 1970 sobre la solicitud de anulación de un acto mercantil de esta sociedad anónima, la solicitante no es otra que Marie Louise Labiste, conocida como Dominique Aubier.
Una de las personas que encuentra en Carboneras un lugar ideal es André Bloc, arquitecto nacido en Argelia, residente francés, donde se traslada con solo dos años.
André Bloc se considera uno de los pioneros en la integración de distintas disciplinas artísticas. De ahí el carácter orgánico de sus creaciones, dudando si nos encontramos ante una escultura o ante una vivienda.
Invitado por Dominique Aubier, André Bloc se maravilla ante la extensión de la playa de Las Marinicas, exenta entonces de cualquier elemento industrial. En dos fotografías que guardo desde hace años, y que empleo para documentar la excursión por Carboneras, se observa el paisaje de la década de los sesenta-setenta.
Será éste el lugar elegido para construir la Casa del Laberinto, una creación que es una evolución de otras viviendas-esculturas creadas en otros espacios de Francia.
Como indican García-Diego y Villanueva: “Así, justo en el medio de la curva que describe la playa, y bajo la presencia de una cueva, Bloc establecería el lugar preciso en el que debía construirse una nueva apuesta plástica situada a medio camino entre arquitectura y escultura”.
Claude Parent, amigo arquitecto de André Bloc supervisará las obras en Carboneras en 1962, correspondiendo la ejecución a un albañil de Huércal de Almería llamado José Padua Díaz, ayudado por sus hijos José y Daniel, sumándose varios peones procedentes de Carboneras. En 1963 la obra estaba terminada.
“La envolvente continua de El Laberinto se construye a base de una mampostería compuesta por piedra molinera extraída directamente de las inmediaciones del lugar. Ésta es sentada con mortero de cal y arena, y recubierta posteriormente con mortero de cemento. Además, fue necesario emplear algunos arcos de ladrillo, material que se utilizaría también en las bóvedas. Por último, el agua necesaria para las obras se transportaba en bidones desde el pozo situado en las inmediaciones conocido popularmente como El Pocico”.
La maqueta de El Laberinto se encuentra en el Centro Pompidou de París.
André Bloc fallece en un accidente en India en 1966.
Cuando paseo frente a El Laberinto me hago la misma pregunta: ¿vive o ha vivido alguien en la Casa del Laberinto? En el artículo de García-Diego y Villanueva encuentro la respuesta.
“La casa fue adquirida por Antonio Scotto di Vettimo ya en el año 65 –su actual propietario–, un personaje erudito familiarizado con el mundo de las bellas artes. Allí vivió durante muchos años junto a su familia –mujer e hija–, entre las oquedades ideadas por André Bloc. Sin embargo, con el transcurso de los años, presuntamente las vicisitudes de la vida doméstica hicieron que poco a poco el habitante de la casa empezara a plantearse la idoneidad de este espacio para la práctica doméstica.
Tras una primera expansión de la vivienda en 1974 –perfectamente mimetizada con la construcción original–, Antonio Scotto finalmente construye otra casa independiente a su lado, en la que vive en la actualidad cada vez que visita Carboneras.
De este modo, el interrogante acerca de si el espacio es verdaderamente habitable queda resuelto de modo empírico, al menos desde la experiencia de su propio habitante.”
Desde hace unos años, cuando descubrí este artículo y otros que hablaban del carácter telúrico que tuvo Carboneras para intelectuales de origen diverso, no es lo mismo pasear frente a la Casa del Laberinto.
La Asociación de Desarrollo Pesquero Costa de Almería promueve este proyecto en el marco del plan de acción propio de su Estrategia de Desarrollo Local. El proyecto Almería a Levante III es financiado por el Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca (FEMP) de la Unión Europea en un 85 %, correspondiendo el 15 % restante a la Junta de Andalucía.
Manuel C. Rodríguez Rodríguez. Dirección-Documentación-Guion de la serie documental «Almería A Levante»