Cuando conoces a Catalina da la impresión de ser una mujer tímida, pero nada de eso, Catalina es una mujer serena que sabe cuál es su obligación y la cumple de mil amores si ningún afán de protagonismo.
Nacida en Carboneras, de familia de pescadores y pescaderos parece que no tenía otra opción que dedicarse a esto, pero Catalina habría hecho bien cualquier cosa a la que hubiera decidido dedicarse.
Tiene una pequeña pescadería con un pescado variado y excelente donde la clientela la esperan en la puerta a que abra. No suele tener un momento de respiro, porque atiende a cada cliente como si fuera el único y eso requiere mucha entrega.
Su marido también se ha dedicado siempre a la venta de pescado, así que juntos hacen un equipo imparable y seguramente esa experiencia es lo que ha llevado a su hija Paola a continuar con el negocio, a pesar de haber tenido otras experiencias laborales.
Catalina quiso que su hija estudiara para tener más oportunidades, y así fue. Pero Paola después de formarse supo ver que el negocio de sus padres era su mejor opción, aunando los conocimientos heredados y su formación universitaria. A Catalina se le ilumina la cara cuando habla de su hija.
Podemos encontrar a Catalina en la lonja de Carboneras comprando el mejor pescado, pensando en dar a sus clientes lo mejor. Cuida cada detalle de la presentación del pescado sin ostentación y comparte el conocimiento que ha atesorado a lo largo de los años con quien le pregunta.