“¿Por qué Pescadería FINA? Porque ese es mi nombre y yo soy lo más importante de este negocio…” Con ese orgullo contesta Fina a quienes les preguntan por qué eligió ese nombre para su pescadería.
Lo del pescado le viene de herencia. Su padre era arriero y compraba en Garrucha para vender por los alrededores, así aprendió todo lo que hay que saber del pescado.
Tiene una pescadería en Palomares, un puesto en el mercado de Cuevas del Almanzora y además reparte pescado por los alrededores a sus clientes, para que ninguno de ellos se quede sin atender por estar lejos o cualquier otra cosa que les impida ir a su pescadería.
Lo que más le gusta de su negocio es el trato con la clientela: la mayoría son gente del pueblo, pero también hay mucho turismo, así que nunca tiene dos días iguales.
Quería quedarse en su pueblo, por eso nunca, a pesar de parecer más ventajoso, se planteó irse a otro sitio a montar su negocio. Su arraigo al pueblo no es solo en lo laboral, también encuentra tiempo para dedicarse voluntariamente a su otra pasión, el teatro. Lleva a cabo talleres de teatro donde se encarga de todo: guion, decorado, vestuario, etc. Es su aportación a las gentes de su pueblo.
Su mayor orgullo, su familia: su marido, junto con el que llevan a delante el negocio y sus hijos, que aunque no se han dedicado al negocio familiar sí que le ayudan con las redes sociales y todas la locuras que ella inventa, como el concurso de recetas de pescado que organizó durante la pandemia.