Pertenece a una familia dedicada a la venta de pescado desde siempre. Al ser la mayor de los hermanos fue también la primera en empezar a echar una mano en casa y en el negocio. Así aprendió todo lo necesario para continuar en esto de la venta de pescado.
Luego se casó y se dedicó exclusivamente al cuidado de la familia. Aunque no participaba en el negocio, su vinculación con él no se perdió. Cuando los hijos crecieron y empezó a disponer de algo más de tiempo, no entraba en sus planes incorporarse al negocio, pero para entonces, su hermano pequeño había asumido el negocio familiar y ella tenía que estar ahí a su lado apoyándolo.
Lo que más le gusta, aparte de estar con sus hermanos, es la atención a la clientela. Son vecinos de toda la vida a los que conoce desde siempre, y la pescadería le da la oportunidad de estar en contacto con todos. Conoce las alegrías y penas de cada uno y las vive un poco como si fueran suyas. Es el corazón del negocio.