UN DÍA EN LA LONJA DE ALMERÍA
Desde primera hora de la mañana la lonja y los muelles del puerto pesquero de Almería cobran vida en una secuencia que nos ofrece una experiencia de turismo industrial de primer nivel
Amanece en el muelle de la lonja del puerto pesquero de Almería. La tripulación del Virgen de Loreto alista el pescado.
AMANECE, QUE NO ES POCO
Con la noche aún cerrada, con el cuerpo destemplado del que altera su jornada, nos dirigimos al puerto pesquero de Almería, en la parte más oriental de ese puerto que en Almería se esconde o, posiblemente, no quiere ser visto.
En el muelle de la lonja observamos dos focos encendidos a cierta altura y la silueta de una traíña, la embarcación del arte de cerco que horas antes habrá tirado de jareta para cerrar un copo en el que, si la faena se ha dado bien, se habrá dado cabida a un copioso cardumen.
El lenguaje de la pesca nos acompaña de Almería a Levante, magnificando una experiencia que el propio no reconoce por ordinaria y al ajeno le resulta espectacular.
En el muelle pasean madrugadores que, intuimos, vuelven a un mar que nunca abandonan porque no entienden el júbilo sin arribos a deshoras. Curiosos, se asoman a cubierta para anticipar al alba el rendimiento de la faena de los pescadores.
En la cubierta de un barco que luce espléndido el blanco se cubre de plata. Las sardinas y jureles parecen borbotear mientras los pescadores terminan de alistarlas, el trasiego de cajas, la clasificación en base al calibre y las chanzas de los pescadores forman parte de la escena.
Más hacia tierra, aunque siempre mirando al mar, la lonja se despereza y abre sus puertas.
El parque de la subasta de cerco nos recuerda a las antiguas lonjas, aquellas en las que el pescado se mostraba en cajas a ras de suelo con los compradores merodeando alrededor. Es la subasta de cerco una subasta dirigida a mayoristas.
Por José María Gallart, gerente de la Organización de Productores Pesqueros de Almería (OPP 71), sabemos del intento de autorregulación del sector del cerco, también nos habla de ello en Carboneras Vicente González, patrón mayor de la cofradía de pescadores de Carboneras.
El objeto es realizar una captura controlada con dos fines: la búsqueda de un mejor precio en un mercado que es terriblemente precio-aceptante y una explotación más sostenible de los caladeros.
Realizada la descarga el muelle de costa parece dar tregua. El muelle de tierra toma su relevo. Carretillas, camiones y furgones protagonizan ahora la escena.
Mientras, hacia levante, con La Alcazaba como fondo, la tripulación de la última traíña busca su descanso.
Escenas vespertinas en el puerto pesquero y en la lonja de Almería
CAE LA TARDE
La sobremesa en el puerto pesquero de Almería acaba cuando abre la lonja para los pescaderos y mayoristas que pujarán en las gradas. Para las tripulaciones de los barcos de arrastre la jornada, al menos la de la mar, llega a su fin.
En la lonja, siempre que el viento lo permita, el muelle de la dársena del puerto ofrece un paisaje que no deja indiferente.
Los barcos de arrastre arriban a puerto para descargar las capturas de una faena que empezó medio día antes. Es esta una pesca de diario que comienza cuando acaba la noche y llega a su fin al caer la tarde.
En el muelle de tierra los barcos de artes menores de la Reserva Marina Cabo de Gata-Níjar y los de otros puertos descargan sus capturas: pulpos, jibias, salmonetes…
Una nave, paralela al graderío de la subasta, va acumulando lotes de pescado dispuestos en cajas perfectamente uniformadas provistas por la organización de productores OPP 71.
Vistas desde el muelle, el azul de las pilas de cajas rebosantes de pescado y marisco parece recordar el mar que el pescado deja. Vacías, desde el muelle de la lonja, parecen anticipar el mar al que se llega, en ese azul que sirve de fondo de la escena.
En el muelle armadores y armadoras, también personas vinculadas a la tripulación, esperan el amarre de sus barcos y ayudan en la descarga. La tripulación termina de alistar el pescado, preocupada por la presencia del mismo y por su conservación. La parte, su parte, está sometida a la incertidumbre de una subasta que se realiza a la baja.
Un reto del sector pesquero es reducir esta gran incertidumbre que condiciona las rentas de quienes trabajan en la mar
El movimiento del pescado a lo largo de la cinta y la destreza de la colla de trabajadores que lo disponen al final de la misma son elementos que resultan espectaculares, como lo es observar cómo las personas que pujan y aquellas que venden atienden al precio fijado.
Abandonamos un escenario que, cotidiano para las gentes de la mar, nos resulta extraordinario.
Esta historia forma parte del trabajo de divulgación «Almería a Levante». El trabajo se centra en visibilizar el sector pesquero del ámbito de actuación del GALP Costa de Almería, también en visibilizar el valor turístico de los espacios litorales.
A este blog (Cuaderno de Bitácora) se suma una fototeca (Mira la mar) y una serie documental (Vive la Mar). Para comprender la esencia del proyecto puede resultar interesante disfrutar del corto documental «Almería a Levante. Las Gentes de la mar»
En esta pieza se pone en valor el arraigo pesquero de personas vinculadas al sector pesquero del litoral almeriense que va de Almería a Levante. Si estos contenidos te han resultado interesantes te aconsejamos unirte a la página Facebook del proyecto y suscribirte al canal de YouTube en el que se recogen los diferentes microdocumentales, piezas que se encuentran en tres versiones: sin subtítulos, con subtítulos en español para favorecer la accesibilidad y con subtítulos en inglés.